miércoles, 16 de marzo de 2011

EMPRENDIENDO MI VIAJE

Soy una almejita que decidió desprenderse de la roca, sacudir la arena y con un algo de pez y otro algo de mariposa, recorrer libre los mares y los bosques hasta encontrar lo que ha buscado siempre, sin saberlo.
Hasta encontrarse a sí misma en una  gruta o en la rama más alta de algún pino, en el bolsillo de un aventurero o en la mesa de noche de alguna prostituta.
Las valvas de una almejita a veces aletean con movimientos de mariposa y ya no son del mar sino del aire. 
Y a veces, muchas veces son del fuego y la tierra.
Y muchas otras veces, casi siempre, no son de nadie sus latidos.
Se sabe más o menos dónde empieza a nacer una almejita.
Pero no se sabe nunca dónde terminará.
Ahora mismo salgo a jugar con ustedes, que sea lo que quiera el destino, yo me dejo llevar...